
Por Carlos García.
Sufrimos allí donde no queremos perder, donde nos resistimos a la hora asumir que algo ya no puede ser, que aquello a lo que aspirábamos ya no tiene sentido, que alguien a quien queríamos ya no está. Es ahí, dónde el proceso duelo que debería seguir a la pérdida no puede hacerse, de tal manera que quedamos detenidos. [read more]

Enrique Cortés
La identificación parte del hecho de que el
sujeto siempre desea al otro y la alternativa es:
ser o querer.(1)
Laplanche y Pontalis definen la identificación como “El proceso psicológico mediante el cual un sujeto asimila un aspecto, una propiedad, un atributo de otro y se transforma, total o parcialmente, sobre el modelo de este. La personalidad se constituye y se diferencia mediante una serie de identificaciones”(2) [read more]

Por Carmen Ripoll Spiteri
Resumen
En el presente trabajo se intentan situar los ejes que ordenan algunas de las elaboraciones sobre el concepto de identificación en psicoanálisis. Partiendo de la originalidad y pertinencia de la propuesta freudiana, es posible establecer una clara distancia entre esta operación y cualquier otro fenómeno psicológico. A partir de lo anterior se pretende ubicar las coordenadas en la elaboración lacaniana de la identificación que conducen a la construcción del concepto de rasgo unario, con el que Lacan ordena su propia teoría de la identificación y emprende una minuciosa revisión del mecanismo definido por Freud. [read more]

La silla descolorada.
Merche Parra.
Resumen:
A través de la viñeta de una escena en un grupo de formación en Psicodrama freudiano, daremos cuenta de cómo la identificación se juega a través de un sueño, atendiendo así a dos conceptos y experiencias de relevante importante en nuestra práctica; por un lado, el sueño, base troncal del psicoanálisis y por otro, la identificación, a la que daremos un protagonismo especial en esta ocasión. [read more]

La identificación en psicodrama.
Por Manuel Moreno Pereira
“…y empecemos de nuevo,
con paciencia, observando a las cosas
hasta hallar la menuda diferencia que las separa
de su entidad de ayer y que define
el transcurso del tiempo y su eficacia.”
(Angel Gonzalez. “Antología poética”)
La palabra identificación, según “la-lengua madre” de la que procede, que no es otra que la de nuestros ancestros, el latín, es la suma de dos partículas: el sustantivo identitas, que es sinónimo de “identidad”, que a su vez viene de “idem” que viene a significar “lo mismo”. Y el verbo facere, que puede traducirse como “hacer”. Sería algo así como “hacer lo mismo”. [read more]

Por Patrick Vinois.
Gennie y Paul Lemoine se inspiraron de la técnica de juego que inició Moreno, diciendo: el psicodrama comienza allí donde termina el psicoanalista”. Cuando, en 1963 fundaron la SEPT (Sociedad de Estudio del Psicodrama práctico y Teórico), el psicodrama se volvió freudiano. Los Lemoine sintieron la necesidad de crear una teoría precisa utilizando los conceptos psicoanalíticos de Freud y de Lacan refiriéndose a las categorías del imaginario, del real y del simbolico. Sin embargo notamos allí dimensiones específicas que permiten desarrollar un proyecto terapéutico: la introducción de la mirada que favorece la identificación en el marco del grupo y la representación dramática por el juego. [read more]

Sibi Dominguez
Si bien tratamos de comprender el proceso de subjetivación desde el punto de vista del sujeto, de su organización interna, es importante recalcar que solamente se puede producir en un espacio intersubjetivo. El espacio intersubjetivo es aquel donde el sujeto se constituye, y también es el espacio en el cual, según la fórmula de Piera Aulagnier, el yo puede advenir. El yo sólo puede advenir en los vínculos, o sea, en un nosotros.
El yo sólo puede establecerse dándole a su pasado y a su porvenir un sentido, eligiendo un proyecto identificatorio y una interpretación de su origen permanentemente reelaborada. [read more]

¿ESCENAS FABULADAS, SÍ O NO?
Por Loli García
Freud en el texto Construcciones en análisis (1937) dice “El consabido propósito del trabajo analítico es mover al paciente para que vuelva a cancelar las represiones -entendidas en el sentido más lato- de su desarrollo temprano y las sustituya por unas reacciones como las que corresponderían a un estado de madurez psíquica. A tal fin debe volver a recordar ciertas vivencias, así como las mociones de afecto por ellas provocadas, que están por el momento olvidadas por él. Sabemos que sus síntomas e inhibiciones presentes son las consecuencias de esas represiones, vale decir, el sustituto de eso olvidado”. Dicho trabajo analítico dará lugar a “una imagen confiable, e integra en todas sus piezas esenciales, de los años olvidados de la vida del paciente”. Pero para que esto sea posible detiene Freud nuestra atención en que son necesarias “dos piezas por entero diferentes”. Por un lado la tarea del analizado que “debe ser movido a recordar algo vivenciado y reprimido por él”. Y por otro lado la tarea del analista, que Freud define de “construcción o, si se prefiere de reconstrucción”. Y en este sentido equipara en ciertos aspectos esta labor del analista con la del arqueólogo. “El analista tiene que colegir lo olvidado desde los indicios que esto ha dejado tras de sí, mejor dicho, tiene que construirlo”. Los indicios los conseguimos en los sueños, en la asociación libre, en los afectos que aparecen, en la repetición…
Lacan pasará a hablar de deconstrucción. En el sentido de una caída de las identificaciones primarias del sujeto, de manera que el sujeto deje de relacionarse con “el otro” de una manera especular y pase a relacionarse desde una posición subjetiva en relación al “otro”.
En Construcciones en Psicodrama, Paul Lemoine, diferencia las construcciones en análisis de las construcciones en psicodrama, donde el analista se sirve no solo del relato sino también de la topografía que se instaura. “Ser psicodramatista es, entonces, no sólo reparar las mallas del tejido que falta sino que, teniendo en cuenta una topografía, también es subrayar su existencia en el espacio de la sesión, es decir, marcarle el lugar en la situación que los participantes ocupan unos frente a otros, y es también hacerla operar en el momento del juego”. El espacio que se manifiesta en la sesión entre los participantes es un reflejo del espacio interior del sujeto, servirá entonces también para resituarlo.
Puesto que entonces en psicodrama cuando jugamos una escena “real”, al reconstruirla estamos introduciendo partes que no conocemos, inventamos, nos lanzaba Enrique la pregunta de por qué no jugar también escenas fabuladas, cuál sería la diferencia.

Por Mane Ange Chabert
Traducción de Enrique Cortés.
El sueño es el pilar del edificio freudiano. Él constituye junto con el síntoma, la palabra y los actos fallidos, los caminos de acceso al inconsciente; siempre que aceptemos lo que se pone en su escucha y siempre que nosotros no los consideremos como singulares productos degradados de nuestro funcionamiento cerebral, sino como el signo de que alguna cosa se manifiesta, siendo el corazón de nuestra subjetividad.
Nosotros argumentamos que el sueño es una situación vivida por el soñante y que al igual que él se presenta, la mayoría de las veces, en forma de una acción, en un escenario, en una situación… y por lo tanto nada se opone a que nosotros lo traigamos al juego.
Esto mantiene la idea de que habrá una afinidad particular entre el lenguaje del sueño y la fuerza del psicodrama.
Sin embargo, esta idea recibe frecuentemente una negación en el hecho de que se juegan sueños que aparecen regularmente bastante engañosos a la mirada de eso que nosotros podríamos entender como el sentido del sueño. [read more]

Sueños y psicosis.
Marie-Philippe Deloche
Traducción por Enrique Cortés.
Basile viene a consulta por lo que él nombra “trastornos del comportamiento”. Unas entrevistas cara a cara, muestran que él se encuentra, por el simple hecho de estar cara a cara, completamente inhibido en su palabra. El psicodrama nos parece entonces una indicación mejor.
Estos “trastornos del comportamiento”, lo tienen terriblemente aislado en su existencia. El tiene peleas muy frecuentes, cada vez que él interpreta que los otros manifiestan una falta de respeto, entonces él se siente obligado a hacer de ley. Nos cuenta que por este motivo le preocupa su imagen, qué es lo que el otro pensará de él, tener mala reputación y que es algo que él quiere cambiar. Esto le ocurre sobre todo cuando al ir a preguntar a algún organismo sobre algo le responden: “esto no es viable”, “esto no es posible”. [read more]