Por Paula Marìn
RESUMEN: Se trata del juego como herramienta en el psicodrama, presente desde el comienzo de la escucha analítica, cuando Freud le prestó atención al juego de su nieto con el fort-da. La autora nos acerca a cómo en el psicodrama infantil a través del juego se educa, se escucha y se elaboran los conflictos de un modo similar, pero distinto en sus formas, a aquel que utilizamos con adultos.
El juego es una herramienta fundamental para trabajar todo aquello que nos bloquea y no nos permite avanzar. Por su cualidad lúdica, permite que el paciente se divierta a la vez que trabaja donde más lo necesita. No es algo trivial, es una actividad que educa, que enseña, que invita e incita a vivir.
El juego se entiende como una elaboración propia de cada niño, y el psicodrama es una herramienta que permite jugar a la vez que elaboramos. Los niños son susceptibles de utilizarla, pues ellos no entienden otro idioma que no sea el del juego. El juego que sustenta la base del psicodrama es el fort-da, como también lo es en el psicodrama infantil, pues se trata de simbolizar aquello que falta (la separación de los padres, por ejemplo), el dejar de ser el deseo del Otro, el crecimiento personal… y eso no es algo que únicamente le ocurre a los adultos, sino que más bien es algo que le ocurrió a los adultos siendo niños.
Para el psicodrama infantil hay que hacer una serie de adaptaciones al psicodrama adulto. Por ejemplo, no se escenifica hasta que no tienen 12 años (“”), se utilizan elementos más allá de los participantes del grupo (como folios, lápices y cuentos y no se usan sillas.
Sí mantenemos la importancia de sentarnos en círculo y favorecemos la expresión de todo aquello que vaya ocurriendo. Se ejercen también las dos funciones de animador y observador (aunque puede darse el caso de que las lleve a cabo la misma persona) y se insiste especialmente en la necesidad de poner palabras.
Dependiendo de las edades de los pacientes que forman el grupo, esto de poner palabras puede constituir una dificultad, por no haber aparecido todavía el lenguaje o no ser este suficiente para expresar, por desconocimiento, lo que sienten, cómo lo sienten, dónde lo sienten… el trabajo iría entonces en la dirección de que tomen conciencia de sus propias emociones, para lo que se emplean cuentos, dibujos y otros medios de expresión a nivel gráfico y corporal que favorecen este proceso.
Para que se dé esa expresión, para que tomen conciencia, para que trabajen los conflictos van surgiendo en su día a día, han de hacerlo en base a la trasferencia depositada en el animador (y en el observador), así como en el grupo de referencia. No puede haber crecimiento sin un vínculo de confianza que ofrezca seguridad y escucha.
Por tanto, las sesiones con niños se mueven dentro de juegos de ficción y fantasía, pero no se trata de trabajar con escenas fabuladas, ya que el niño expresa la fantasía y la ficción desde aquello que conoce, desde su imaginario, y será al jugarlo y expresarlo (verbal o no verbalmente) que consiga simbolizarlo: “es en su vida donde el niño encuentra el material de sus ficciones”, nos señalará Serge Lesourd .
Ejemplo de Psicodrama Infantil “Se abre el telón”
“Se abre el telón” es un proyecto que se inició en el curso de 2013/14 para niños de entre 3 y 12 años. En él los grupos se conforman en base a unas entrevistas previas con los padres, y es posible trabajar en el grupo con hermanos si se pone especial atención a que trabajen la subjetivación, es decir, que cada uno de ellos se exprese y trabaje a su modo sin pensar en lo que hace o dice el hermano.
Las vivencias emocionales son el motor de nuestra vida y de nuestras relaciones y, en consecuencia, también deberían serlo de la educación. En este sentido, educar significa impulsar el crecimiento emocional de los niños, es decir, ayudarles a avanzar en su desarrollo integral como personas.
Los niños que acuden a este tipo de trabajo no tienen que tener necesariamente una patología o un conflicto, se propone a las familias como un trabajo emocional de aprendizaje de herramientas válidas para la vida, de crecimiento personal, pero evidentemente cada niño, por su situación personal y familiar, puede a partir de aquí poner en juego los conflictos que le han ido surgiendo a lo largo de su desarrollo: celos por el nacimiento de un hermano, dificultad para superar la frustración, duelo por algún familiar cercano o la separación de sus padres… (en la mayoría de las ocasiones no suelen coincidir los motivos de los padres y el de los hijos para formar parte del trabajo individual en clínica o en grupal en “Se abre el telón”, pues el deseo de los padres no tiene por qué ser el del/los niños).
La duración es aproximadamente un curso escolar, y las sesiones son semanales, de 1h cada una.
Ritual de Entrada
Nos sentamos en círculo en el centro de la sala. Si es nuestra primera sesión nos saludamos, nos presentamos y cada uno dice lo que quiere de sí: nombre, edad, gustos, miedos… Si el grupo ya está en trabajo hablamos de cómo ha ido la semana y lo que ha ocurrido en ella.
Cuento
Tal cual estamos sentados se lee un cuento. Es importante que guarde relación con lo que se ha ido diciendo en el círculo, hilando los significantes del grupo.
En las primeras sesiones esto no será posible, por lo que los cuentos los escoge el animador y tienen temáticas concretas que permiten hablar de las emociones en general, como presentación de que lo que trabajaremos a través del juego serán las emociones de los allí presentes.
Juego
El juego o dinámica de la sesión varía en función del momento del curso en el que nos encontremos.
Las sesiones iniciales consisten en juegos que permiten al animador conocer un poco más de los niños que participan de él: su concepto de sí mismos, miedos, familiares, relaciones, etc.
Cuando el grupo lleva un recorrido, pueden elegir ellos mismos los juegos que hay disponibles en la sala, así como representar fragmentos del cuento… o cualquier otro juego que puedan inventar. Cuando la rutina está creada, ya ellos pueden funcionar de una manera más autónoma. Esto ocurrirá cuando el vínculo este creado en horizontal (pacientes) y en vertical (animador y observador), es decir, cuando se hayan consolidado como grupo.
En las últimas sesiones los juegos van enfocados a la despedida y cierre de todo lo trabajado, a recopilar dibujos, recordar cómo fueron los inicios, etc.
Dibujo.
Siempre cerramos las sesiones con un dibujo donde se plasma un momento que cada uno elige. Puede ser el que más les ha gustado o el que menos, un fragmento del cuento o incluso no tener nada que ver con la sesión sino con algo de su imaginación o de su realidad fuera del grupo, lo cual también está permitido, pues significaría que algún momento de la sesión trajo consigo ese recuerdo.
Volvemos al espacio inicial, nos sentamos en grupo y explicamos lo que hay en nuestro dibujo, al mismo tiempo que el observador recoge todo lo ocurrido en la sesión y lo devuelve a cada niño a modo de frases cortas.
El animador y el observador pueden ser la misma persona con las dos funciones o dos personas que trabajen juntas. En cualquier caso, siempre que ocurra algo a destacar durante la sesión se señala, pero el animador no participará de la sesión, solo es un elemento más de trabajo.
Ejemplo de una sesión (centrándonos en el caso de “Guillermo”)
Los padres de Guillermo están en proceso de separación. Su padre se ha ido a vivir a otra ciudad y ahora solo lo ve un fin de semana al mes, aunque lo llama todos los días. Guillermo vive con su madre en la casa en la que vivían los tres.
Los niños eligen ese día jugar en parejas, inventando juegos de luchas y conflictos. Guillermo elige luchar contra “Dare Vader”, se le señala que si ese personaje contra el que lucha es el padre, por la típica frase de “Yo soy tu padre”. Dice que no, y que a él no le gusta Star Wars, pero en un momento posterior dice que sí es su padre, y que a su padre sí le gusta Star Wars. Guillermo hace de “Superbatman”, un personaje que define como bueno, lo que coloca a su padre en el lugar del malo.
Guillermo tiene una espada, Dare Vader se defiende con un escudo, solo se defiende.
La norma de este juego era que no podían hacerse daño, a ningún compañero ni a ellos mismos, solo es un juego de luchas, no es una lucha de verdad.
Este fin de semana Guillermo ha visto a su padre. Cuando esto ocurre le cuesta asumir los límites de las sesiones; “en casa también le ocurre durante unos días”, comenta su madre.
Cada vez le sale el enfado más fuerte, se le devolvió que parecía que estaba enfadado con Dare Vader de verdad, y que llevaba tiempo guardando ese enfado.
En la parte del dibujo eligió el espacio exterior, donde vivía Dare Vader, en otra galaxia, o en otra ciudad muy lejana a la que Guillermo todavía no había podido ir a visitarle… Gracias al dibujo pudo expresar su deseo de volver a estar juntos.
“Los efectos propiamente terapéuticos, como en psicoanálisis, aparecen a posteriori”
Bibliografía:
- Serge Lesourd. Psicodrama de niños: La ley y la Gracia. Cuadernos de Psicodrama.
- Rosa Masip. El juego y sus efectos. Cuadernos de Psicodrama.
- Renato Gerbaudo. “Las tres Marías” ley y significante paterno en el psicodrama de niños. Cuadernos de Psicodrama.