Resumen: 1/2/2019
Por Victor Ortin
Frente al discurso capitalista, frente a ese gran Otro(sociedad) que mediante sus palabras y mensajes va construyendo una imagen de completud , frente a ese gran Otro que nos vende que nada es imposible, que todo es posible ¿ Cómo se puede operar desde el psicodrama?¿Cuál será esa otra dimensión, de la que nos habla Marie- Noelle Gaudé, y que el psicodrama puede posibilitar ante la saturación de imágenes que capturan nuestro imaginario?
El discurso capitalista, imperante en la actualidad, no quiere saber nada de la castración, nos dice que el objeto a sí es alcanzable, que se puede tener todo. Se puede tener una gran casa, un gran coche, unos maravillosos viajes, dinero al instante sólo dando un click en tu smartphone y medicación para todo. Ese gran Otro sustituye los ideales y valores por objetos de consumo, usando las cosas materiales para saciar el deseo.
Sin embargo, en los tiempos que corren, se da una paradoja y como pone de relieve Hilario Cid, aunque tenemos más cosas materiales, sufrimos más. En las consultas hay más gente que sufre, la pretendida imagen de completud que nos vende ese gran Otro impostor quiebra, y ante la caída de ideales y valores uno se siente desorientado.
Lacan, decía que el discurso capitalista puede abocar en tres situaciones: La segregación, la depresión y en la ambición sin frenos. Los límites dan seguridad y ante el discurso del Impossible is nothing, ante un discurso en el que no hay castración, lo que falta es función paterna y ello provocará síntomas.
Desde el Psicoanálisis, nuestra posición debe ser diferente, id est, vamos a hacer visibles las insatisfacciones para ver cómo podemos manejarnos con ellas. Aceptamos la insatisfacción para encontrar cómo poder manejarla y el camino no puede ser otro que el de la subjetivización, posibilitando que cada uno pueda encontrar sus propias y particulares formas de gestionarse con la falta.
No obstante, por estructura los sujetos no queremos saber de la insatisfacción y vamos a intentar una y otra vez encontrarnos con la completud. En este sentido, Freud, ya manifestó que la investidura libidinal del yo siempre persiste y que la líbido aunque retirada de las catexias objetales va a retornar a los objetos vía la fantasía. Por su parte, Lacan, en su Teoría del Estadio del Espejo nos señala que el otro nos muestra una imagen de completud en la que quedamos atrapados.
Así las cosas y ante el bombardeo de imágenes-mensajes de ese gran Otro, y la caída en la trampa, como salida en falso de de la castración, de que todo es posible.¿ cuál es esa otra dimensión que puede posibilitar el psicodrama?
Desde el psicodrama podemos poner límite entre la realidad y el imaginario, señalando la discordancia entre aquellas imágenes provenientes del gran Otro que nos venden la completud y la insatisfacción subjetiva como sujeto deseante.
El dispositivo psicodramático alimentando la instancia simbólica, delimita la confusión entre realidad e imaginario a través: del juego, de las elecciones de yo-auxiliar, de las devoluciones del observador, del propio espacio psicodramático y principalmente del lugar que ocupan animador y observador, que no es un lugar del discurso yoico, sino que es un lugar que se debe situar en la falta.
Es en este territorio psicodramático delimitado, donde va a surgir la duda, la pregunta, lo inesperado. En la representación algo va a fallar y las identificaciones se tambalearán, al poner límite, se va poder diferenciar lo que es y lo que no es del yo, se va poder ir clarificando que sí hay un imposible, que todo no puede ser. Con el psicodrama se abre una nueva dimensión que llevará aaceptar aquello que no puede ser y con ello buscar nuevas y posibles salidas más ajustadas a la realidad.