Navegación de búsqueda y vistas de Eventos
enero 2019
Taller intensivo de psicodrama
Al ser el grupo un espacio de relación intermedio entre el mundo interno y la realidad, nos permite explorar sin riesgo, observándonos con mayor nitidez en aquellos lugares donde quedamos detenidos en determinadas formas de relación con los otros. El sistema de espejos que forman los otros del grupo nos devuelve constantemente informaciones que contribuyen a desmontar las fijaciones donde nos quedamos atrapados, al tiempo que nos permite la posibilidad de aprender formas nuevas de situarnos ante las mismas cosas.
Más en lo concreto, el psicodrama es un procedimiento donde la palabra y el discurso se anudan con la acción en la escena, donde a través del juego el sujeto puede acceder a una verdad que se empeña en desconocer y que está en el núcleo de su malestar.
Crecemos jugando y por el camino perdemos la capacidad de hacerlo. Valga el relato de Alí Cojía que aparece en las Mil y una noches para mostrarnos cómo a partir del juego unos niños dan solución al enigma que traía preocupado al califa. Porque el juego nos permite salirnos de la repetición para probar alternativas, permite un grado de apertura sin riesgo que facilita la posibilidad de encontrar salidas que hasta el momento estaban veladas.
Unas sillas puestas es círculo conforman el escenario donde el discurso se va transformando en acción. Alguien coge la palabra y el grupo resuena, dejando al descubierto un rastro o tema conflictivo que será llevado a escena para dramatizar. Durante la acción, y al ponerse en juego a sí mismo, cada cual se verá salpicado por preguntas que le atañen, dejando al descubierto cómo repite en su vida cotidiana ciertos roles fijos representativos de ciertas formas de pensar, de actuar y de sentir. Al dramatizar escenas cotidianas nos ponemos en juego desplegando nuestras expectativas, motivaciones, conflictos, creencias, deseos y otros aspectos que están en juego en los vínculos que establecemos. La posibilidad de explorar otros roles no habituales en un ambiente sin riesgo permite a los integrantes del grupo preguntarse y responderse desde otros lugares, al tiempo que facilita una visión más completa de las situaciones y favorece la elaboración de respuestas más ajustadas a la realidad.
Más información »marzo 2019
Taller intensivo de psicodrama freudiano
Al ser el grupo un espacio de relación intermedio entre el mundo interno y la realidad, nos permite explorar sin riesgo, observándonos con mayor nitidez en aquellos lugares donde quedamos detenidos en determinadas formas de relación con los otros. El sistema de espejos que forman los otros del grupo nos devuelve constantemente informaciones que contribuyen a desmontar las fijaciones donde nos quedamos atrapados, al tiempo que nos permite la posibilidad de aprender formas nuevas de situarnos ante las mismas cosas.
Más en lo concreto, el psicodrama es un procedimiento donde la palabra y el discurso se anudan con la acción en la escena, donde a través del juego el sujeto puede acceder a una verdad que se empeña en desconocer y que está en el núcleo de su malestar.
Crecemos jugando y por el camino perdemos la capacidad de hacerlo. Valga el relato de Alí Cojía que aparece en las Mil y una noches para mostrarnos cómo a partir del juego unos niños dan solución al enigma que traía preocupado al califa. Porque el juego nos permite salirnos de la repetición para probar alternativas, permite un grado de apertura sin riesgo que facilita la posibilidad de encontrar salidas que hasta el momento estaban veladas.
Unas sillas puestas es círculo conforman el escenario donde el discurso se va transformando en acción. Alguien coge la palabra y el grupo resuena, dejando al descubierto un rastro o tema conflictivo que será llevado a escena para dramatizar. Durante la acción, y al ponerse en juego a sí mismo, cada cual se verá salpicado por preguntas que le atañen, dejando al descubierto cómo repite en su vida cotidiana ciertos roles fijos representativos de ciertas formas de pensar, de actuar y de sentir. Al dramatizar escenas cotidianas nos ponemos en juego desplegando nuestras expectativas, motivaciones, conflictos, creencias, deseos y otros aspectos que están en juego en los vínculos que establecemos. La posibilidad de explorar otros roles no habituales en un ambiente sin riesgo permite a los integrantes del grupo preguntarse y responderse desde otros lugares, al tiempo que facilita una visión más completa de las situaciones y favorece la elaboración de respuestas más ajustadas a la realidad.
Más información »La importancia del grupo en la clínica y en lo social
El grupo es un espacio privilegiado para trabajar en contextos clínicos y sociales. El presente trabajo pretende dar una perspectiva de lo grupal y abrir la puerta para la profundización en lo que los encuadres grupales pueden ofrecernos en su vertiente sistémica y psicodramática.
Más información »abril 2019
De paciente a sujeto. Un recorrido a través del deseo.
Retomo la frase de Miller: “el que viene a vernos, como analistas, no es un sujeto; es alguien a quien le gustaría ser un paciente”. De entrada hay una diferencia, en cuanto a lo que se va a encontrar un paciente en una consulta “equis” y con lo que se va a encontrar en una consulta de un psicoanalista. La pregunta que nos suscita este empezar es “¿qué se requiere para que la persona que vino a vernos, con la intención de ser un paciente, sea un paciente para nosotros, en tanto que psicoanalistas? Es decir que se ponga a hablar como sujeto.
Más información »mayo 2019
10º Aniversario del Aula de psicodrama
10.- Bienvenida
10:30 Presentación
Mesa redonda con la participación del público, en torno a tres preguntas:
¿Qué es el psicodrama?
¿Para qué el psicodrama?
¿ Cual es tu experiencia en relación al psicodrama?
11:30 Información sobre proyecto cultural Dhanyawaad en el Nepal
12 presentación de las última publicaciones de Enrique
12.30 resumen de los diez últimos años del Aula
13 presentación de la séptima promoción
Curso de aproximación al psicodrama freudiano
Cuando éramos niños, aprendíamos a ser, jugando. Ahora, de adultos, hemos perdido esa capacidad de juego y también la posibilidad que ello nos brinda para poder elaborar soluciones creativas a los conflictos que nos aquejan. El psicodrama es una herramienta de trabajo grupal que nos permite acercarnos al mundo interno de las personas desde la perpectiva del juego, ya que éste nos permite abrir una ventana para acceder a aquello inconsciente que gobierna nuestras vidas.
A partir de unas pinceladas sobre el encuadre teórico en el que se sostiene el dispositivo psicodramático, trabajaremos vivencialmente para poder ser atravesados por el juego y entender la potencialidad del mismo como herramienta transformativa.
junio 2019
La angustia no engaña
La angustia es un fenómeno vivido por todos, aunque no de la misma manera, pues cada cual ha elaborado su forma particular de defenderse ante lo incómodo. Pero en algún momento, algo de la vida hace tambalear ese montaje defensivo y la barandilla que nos separaba del vacío, ya no nos sirve como agarradero. Es en ese momento en el que como un rayo en la noche oscura, aparece una certeza en el cuerpo que nos atraviesa, encendiendo las alarmas…
Más información »Taller intensivo de psicodrama freudiano
Al ser el grupo un espacio de relación intermedio entre el mundo interno y la realidad, nos permite explorar sin riesgo, observándonos con mayor nitidez en aquellos lugares donde quedamos detenidos en determinadas formas de relación con los otros. El sistema de espejos que forman los otros del grupo nos devuelve constantemente informaciones que contribuyen a desmontar las fijaciones donde nos quedamos atrapados, al tiempo que nos permite la posibilidad de aprender formas nuevas de situarnos ante las mismas cosas.
Más en lo concreto, el psicodrama es un procedimiento donde la palabra y el discurso se anudan con la acción en la escena, donde a través del juego el sujeto puede acceder a una verdad que se empeña en desconocer y que está en el núcleo de su malestar.
Crecemos jugando y por el camino perdemos la capacidad de hacerlo. Valga el relato de Alí Cojía que aparece en las Mil y una noches para mostrarnos cómo a partir del juego unos niños dan solución al enigma que traía preocupado al califa. Porque el juego nos permite salirnos de la repetición para probar alternativas, permite un grado de apertura sin riesgo que facilita la posibilidad de encontrar salidas que hasta el momento estaban veladas.
Unas sillas puestas es círculo conforman el escenario donde el discurso se va transformando en acción. Alguien coge la palabra y el grupo resuena, dejando al descubierto un rastro o tema conflictivo que será llevado a escena para dramatizar. Durante la acción, y al ponerse en juego a sí mismo, cada cual se verá salpicado por preguntas que le atañen, dejando al descubierto cómo repite en su vida cotidiana ciertos roles fijos representativos de ciertas formas de pensar, de actuar y de sentir. Al dramatizar escenas cotidianas nos ponemos en juego desplegando nuestras expectativas, motivaciones, conflictos, creencias, deseos y otros aspectos que están en juego en los vínculos que establecemos. La posibilidad de explorar otros roles no habituales en un ambiente sin riesgo permite a los integrantes del grupo preguntarse y responderse desde otros lugares, al tiempo que facilita una visión más completa de las situaciones y favorece la elaboración de respuestas más ajustadas a la realidad.
Más información »